Por Nicolás Antoniucci*
El otoño comenzó el 21 de marzo pero para nosotros se inició realmente ahora. La mágica fiesta de colores que vivimos los marplatenses estos días es un lujo que nos podemos dar gracias a los vecinos que se preocuparon por plantar árboles con efecto otoñal. Así se designan a aquellas especies que colorean sus hojas en esta época del año.
Aunque lamentablemente no es así en toda la ciudad, hay barrios como Los Troncos, El Grosellar, Constitución, Parque Luro, Pinos de Anchorena, algunas partes de Santa Mónica, Bosque Peralta Ramos y Bosque Alegre, donde los vecinos tienen especial sensibilidad por el espacio verde.
Uno puede transitar por esas zonas y observar su colorido y la lluvia de color que cae de los árboles cuando la brisa desprende las hojas que viajan hasta el suelo. Brindo por esos vecinos inquietos que se informaron sobre qué es conveniente plantar. Brindo también por nuestra tierra y nuestro clima que hace tan hermosas a las plantas, ¡salud Mar del Plata!
Obviamente esta fiesta del otoño se paga con algunas caras largas que se quejan de la “mugre” que se produce. Y sí, hay que barrer y limpiar canaletas. En todas las ciudades del mundo que admiramos y nos inspiran lo hacen. Si limpiar es el precio de esta fiesta, creo que es accesible para todos.
A favor
Ganamos mucho a cambio de solo juntar hojas. Ganamos en calidad de vida todos los días, porque los árboles no solo son una celebración para nuestros sentidos, sino que también son esenciales para nuestra vida en las ciudades.
Como todo en esta vida, el arbolado necesita ser bien mantenido para que esto no ocurra y las especies deben ser bien elegidas. Así que no le exijamos a los árboles lo que no le exigimos a las personas: que no ensucien.
¿Por qué algunas plantas cambian de color? Para que este fenómeno se produzca intervienen varios factores y distintos pigmentos. Después del verano, cuando las noches son más frías, comienza en las hojas un proceso por el cual el azúcar presente en los tejidos foliares, da lugar a pigmentos, que viran el color de las hojas a los dorados y rojos que tanto nos deslumbran en el otoño.
Estos pigmentos conocidos como antocianina y antoxantina suelen estar siempre presentes en algunas plantas, sobre todo en las estaciones más frías, dejándole paso al verde en el verano.
En los brotes primaverales cumplen la función de protección, enmascarando el verde claro de las pequeñas hojas, más vulnerable a los rayos ultravioletas, con tintes rojizos, como es el caso de los ilex y photinias.
Otro pigmento, la clorofila, que es el “verde” de las hojas, además de cumplir su función en la fotosíntesis, en el otoño se retira produciendo pigmentos carotenoides, virando el color de las hojas al amarillo pálido.
Sugerencias
La intensidad de los colores otoñales depende también del tipo de suelos, en sustratos ácidos se producen escarlatas y rojos intensos, mientras que los alcalinos dan lugar a colores apagados.
Algunas veces es la predisposición genética en plantas de una misma especie, que hace que unas tomen más color que otras. Esa diferencia se acentúa en plantas que fueron reproducidas sexualmente, por intervenir en ellas la mezcla genética. En plantas reproducidas asexualmente (de gajo o por milistema) no sucede ya que se copia la genética tal cual la planta de origen.
Podemos tener especial cuidado en plantar en lugar soleado y reparado, de lo contrario apenas empezamos a disfrutar de los colores de las hojas, se las lleva el viento.
Algunas de las plantas sugeridas para plantar son: betula alba; abedul; acer palmatum; ampelopsis; cornus sanguinea; hydrangeas; hortensias; crespón; ginkgo biloba; nandina domestica y fire power, entre muchos otros.
*Paisajista